martes, 2 de abril de 2013
lunes, 1 de abril de 2013
LA COLUMNA FANTASMA.
Miliciana de la Columna Fantasma. |
Este relato sobre la Guerra Civil lo he encontrado en un blog muy interesante llamado "Memoria y procomún".
La columna fantasma
May 21, 2012 .
Voy a relatar dos historias relacionadas con la
Guerra Civil que me ha contado mi abuelo que tiene ochenta y nueve años y
que cuando ocurrieron tenía unos catorce.
Mi abuelo tenía un hermano que era sacerdote y lo
destinaron a la parroquia de Navezuelas, cerca de Guadalupe, en la
sierra de las Villuercas. Por aquel entonces estaban con él una hermana y
mi abuelo. A primeros del mes de Agosto de 1936, los republicanos
dieron un ataque con cuatro mil hombres al Monasterio de Guadalupe. El
ataque duró dos días pero no tuvo éxito porque salió uno de los
asediados a Trujillo a pedir refuerzos; así que un grupo de Regulares
(soldados del antiguo protectorado de Marruecos) derrotaron a la célebre
columna de los rojos, cuyo nombre era la Columna Fantasma.
Llegaron las noticias a Navezuelas y temiendo que
hasta allí llegaran también, el sacerdote fue avisando casa por casa a
todos los vecinos del pueblo para que se escondieran. Después, fue a la
iglesia y consumió todo el pan y cogió todas las cosas de valor para
esconderlas. Por último cogió a sus hermanos y se subió a la sierra.
Allí los recogió una cabrera y les dio cobijo en una majada. Aquella
noche no durmieron nada viendo pasar a la gente con faroles en busca de
otros escondites. Pasados dos días, volvieron al pueblo.
La segunda historia ocurrió en Jerte, pero aquí
no recuerda exactamente la fecha. Un maestro llamado Alberto escribió un
libro con ideas un poco revolucionarias. Lo detuvieron y lo llevaron a
Madrid para juzgarlo. Hasta allí se trasladó el sacerdote para
certificar que a pesar de tener aquellas ideas, ese hombre era católico,
estaba bautizado, casado por la Iglesia, se confesaba y comulgaba todos
los años. (Por aquel entonces se llevaba un registro en la hoja
parroquial de las personas que lo hacían). De esta forma evitó que lo
encarcelaran.
Javier Gil Blanco 4ºA.
Fuente: MEMORIA Y PROCOMÚN.
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