De ayer a hoy.
" Yo he nacido en Navezuelas,
en la calle del Prado
era una casa muy vieja
que la han reformado.
Empecé allí de niño,
hasta que me puse de pie
y luego enseguida,
a la escuela me marché.
En el barrio éramos muchos vecinos,
que entre todos bien te lo pasabas,
porque las mujeres entonces andaban,
haber cuál era la que más criaba.
Se llevaban todos muy bien,
aunque algunas veces se discutía
si mi gallina en tu nidal ponía.
Porque yo he visto a mi gallina
de tu gallinero salir cantando,
o es que me vas a hacer creer a mí,
que ha estado allí escarbando.
Se cambiaban jamones por tocino,
porque decían que el jamón con hueso y el magro
cundía poquino.
Los chorizos gordos,
eran para cuando se iban los hombres a segar,
y para nosotros eran las patatera
cuando nos la llegaban a dar.
Y dando gracias
aquellos que las tenían,
que otros,
ni siquiera matanza hacían.
Se masaba una cuartilla
o algo más si había,
se hacía una buena hornada
y se tenía pan para quince días.
No teniamos agua en casa
para podernos ducharnos,
cogiamos un cacharro
e íbamos a por ella al pilar.
Nos lavábamos todos
en una misma palangana,
y decíamos hasta mañana.
Empecé a ir a la escuela
con cuatro años nada más
y allí nos lo pasábamos de cuento
y estaba entonces la escuela,
donde es hoy el ayuntamiento.
Cuando pasó el tiempo,
me cambiaron de clase,
que estaba en la calle mía,
era una casa muy vieja
que ni de cuadra valía.
Allí donde yo vivía
había unos peñascales,
que de caerme en ellos
tengo la cabeza llena de señales.
Nos hicieron el centro escolar
Nuestra Señora de Guadalupe,
para que estubiésemos más agrupados
y no estudiáramos en otros sitios
mal acondicionados.
Aquello era diferente,
de como es ahora
porque los chicos teníamos profesor
y las chicas profesora.
En la terraza nos dividían unos barrotes
para que en el recreo
no nos pudiéramos juntar,
pero como te los llegaras a saltar,
las orejas te habían de estrirar..."
Este fragmento pertenece al libro"Lluvia de Versos en Las Villuercas" del poeta y rapsoda local,Carlos Domínguez Ríos.