RETAMOSA |
" En la trujillana casa del Águila, sita en la calle Lanchuela, sobre su puerta de entrada se localiza curioso escudo orlado con una cadena. Aparecen representados cuatro lagartos atrapados bajo una losa. Aunque la historia apunta que tal edificio fue solar de los Sanabria, el motivo heráldico no se relaciona con hechos atribuibles a esta familia, sino con los de otro linaje que es posible, y las investigaciones en su momento lo dirán, que mantuvieran algún tipo de parentesco. Me refiero a los Losada.
La leyenda genealógica apunta que tal apellido deviene de tierras gallegas y halla su fundamento en hecho muy concreto. Como algunas fértiles tierras del noroeste estuvieran plagadas de gigantescos lagartos que aniquilaban a cuantas personas tuvieran la osadía de hollar con sus plantas aquellos lugares, dos jóvenes hermanos tomaron la determinación de enfrentarse directamente a los letales reptiles. Armados con sendas lanzas, y utilizando toda la argucia posible, fueron matando uno a uno a los lagartos, que tenían sus guaridas bajo descomunales losas. En premio de tal hazaña el rey les dio en propiedad aquellas tierras liberadas y la venia para forjar un escudo de armas que rememorase la gesta (1).
Una narración semejante es la recogida en la localidad cacereña de Retamosa. Apunta la misma que un gigantesco lagarto habitaba en pleno corazón de las Villuercas, moviéndose en un radio que alcanzaba las siete leguas. Nadie penetraba en aquellos fértiles territorios ante el temor a ser devorado, como así sucedía con quienes hacían alarde de su audacia. De las magnitudes del animal habla el hecho de que de un rabotazo fue capaz de “deslomar” la sierra a la altura de Cabañas del Castillo. Un forajido que escapaba de la justicia se adentró en aquellos parajes y dio muerte al reptil, luego de haberlo deslumbrado con una patena que había robado de la iglesia de Jaraicejo. Con este hecho, que suponía librar a la comarca del inmenso peligro, el malhechor no sólo fue perdonado, sino que en premio recibió amplias tierras en propiedad y la potestad de erigir una fortaleza, la que luego se conocería como el Castillo de Cabañas.
Aunque lejos de aceptar la literalidad de estos relatos, no podemos negar que los mismos esconden un evidente trasfondo histórico. En mi opinión nos encontramos ante lo que no dudo en definir como un claro mito de conquista. Los lagartos son aquí el símbolo de los señores del lugar, cuando no del caos y del oscurantismo del que participan las tierras ignotas. Por su parte, quienes luchan y vencen a los monstruos son quienes luchan por la conquista del territorio ocupado. Son conocidas diferentes leyendas extremeñas, cuales las de la serpiente de Martilandrán o al jabalí de Arroyo del Puerco, que aluden al monstruo, dueño del espacio, que es aniquilado para permitir la paz y el asentamiento de los que llegan (2)."
La leyenda genealógica apunta que tal apellido deviene de tierras gallegas y halla su fundamento en hecho muy concreto. Como algunas fértiles tierras del noroeste estuvieran plagadas de gigantescos lagartos que aniquilaban a cuantas personas tuvieran la osadía de hollar con sus plantas aquellos lugares, dos jóvenes hermanos tomaron la determinación de enfrentarse directamente a los letales reptiles. Armados con sendas lanzas, y utilizando toda la argucia posible, fueron matando uno a uno a los lagartos, que tenían sus guaridas bajo descomunales losas. En premio de tal hazaña el rey les dio en propiedad aquellas tierras liberadas y la venia para forjar un escudo de armas que rememorase la gesta (1).
Una narración semejante es la recogida en la localidad cacereña de Retamosa. Apunta la misma que un gigantesco lagarto habitaba en pleno corazón de las Villuercas, moviéndose en un radio que alcanzaba las siete leguas. Nadie penetraba en aquellos fértiles territorios ante el temor a ser devorado, como así sucedía con quienes hacían alarde de su audacia. De las magnitudes del animal habla el hecho de que de un rabotazo fue capaz de “deslomar” la sierra a la altura de Cabañas del Castillo. Un forajido que escapaba de la justicia se adentró en aquellos parajes y dio muerte al reptil, luego de haberlo deslumbrado con una patena que había robado de la iglesia de Jaraicejo. Con este hecho, que suponía librar a la comarca del inmenso peligro, el malhechor no sólo fue perdonado, sino que en premio recibió amplias tierras en propiedad y la potestad de erigir una fortaleza, la que luego se conocería como el Castillo de Cabañas.
Aunque lejos de aceptar la literalidad de estos relatos, no podemos negar que los mismos esconden un evidente trasfondo histórico. En mi opinión nos encontramos ante lo que no dudo en definir como un claro mito de conquista. Los lagartos son aquí el símbolo de los señores del lugar, cuando no del caos y del oscurantismo del que participan las tierras ignotas. Por su parte, quienes luchan y vencen a los monstruos son quienes luchan por la conquista del territorio ocupado. Son conocidas diferentes leyendas extremeñas, cuales las de la serpiente de Martilandrán o al jabalí de Arroyo del Puerco, que aluden al monstruo, dueño del espacio, que es aniquilado para permitir la paz y el asentamiento de los que llegan (2)."
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NOTAS
(1) TRUEBA, Antonio de: Leyendas genealógicas I y II, 1887. RUIZ MORENO, Manuel Jesús: “Apuntes sobre el escudo de los lagartos de la casa del Águila (Trujillo)”, en Coloquios Históricos de Extremadura, 2003.
(2) DOMINGUEZ MORENO, José María: “Rituales, Mitos y Creencias Populares Extremeñas”, en Saber Popular, Revista Extremeña de Folklore, 1 (Fregenal de la Sierra, 1987), pp. 8–9.
FUENTES:
REVISTA DE FOLKLORE
http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=2568
Caja España
Fundación Joaquín Díaz.
Año: 2009 - Tomo: 29 - Revista número: 341
Páginas en la revista: 147-163
Autor: DOMINGUEZ MORENO, José María
Tema: Mitos / Leyendas
Título del artículo: EL LAGARTO EN EXTREMADURA: ENTRE EL MITO Y LA TRADICIÓN .
FOTO: TODOPUEBLOS.COM
http://www.todopueblos.com/caceres.net/retamosa/fotos/