Hace 300 años el imperio español se apoderó de Texas y lo gobernaba desde ciudad de México.
En 1718, los colonos españoles establecieron un fuerte y una misión católica en lo que hoy es San Antonio y lo llamaron el Álamo. Era parte de un plan para "civilizar a los indios y apoderarse del nuevo mundo".
Pero los españoles no pudieron ante la feroz resistencia de los amerindios, especialmente de los comanches, y de los 25 cuarteles que establecieron en Texas en el siglo 18 solo pudieron defender tres; uno de ellos fue el Álamo.
La invasión ilegal de Texas por angloamericanos empezó a principios del siglo 19. Los esclavistas de los estados del Sur de Estados Unidos querían más terrenos y codiciaban el norte de México (ahora el suroeste de Estados Unidos). Los capitalistas del Norte también codiciaban esa región para extender el comercio al oeste y apoderarse de los recursos minerales.
Ante la amenaza estadounidense, España trató de controlar la inmigración angloamericana. Cuando México se independizó de España en 1821, el nuevo gobierno siguió permitiendo que los angloamericanos se asentaran en Texas. Les ofrecían terrenos con tal de que se volvieran ciudadanos mexicanos y católicos. En 1835 Texas tenía una población de 35,000 habitantes; había un tejano (mexicano nacido en Texas) por cada seis angloamericanos.
Cuando el gobierno mexicano abolió la esclavitud, los esclavistas del Sur y sus aliados lanzaron una guerra reaccionaria para apoderarse de Texas. Prometieron terrenos a los mercenarios que ayudaran en la conquista.
Esas fuerzas se apoderaron del Álamo.
El 6 de marzo de 1836, el ejército mexicano, con el general (y presidente) Antonio López de Santa Anna a la cabeza, reconquistó el Álamo en una batalla que dejó muertos a todos los 182 defensores. Todos, menos nueve, eran invasores angloamericanos. Unos, como el mercenario Davy Crockett (especulador de tierras) acababa de llegar a Texas. Jim Bowie (otro "héroe" del Álamo) era esclavista y traficante de esclavos. El comandante de los angloamericanos era el coronel Travis, un mercenario.
Seis semanas después las fuerzas angloamericanas sorprendieron al ejército mexicano en la batalla de San Jacinto. En esa batalla gritaban "¡Recuerden el Álamo!" para justificar una sangrienta revancha y masacre. Al general Santa Anna lo tomaron preso y, a cambio de perdonarle la vida, lo obligaron a firmar un tratado que reconocía la independencia de Texas.
Una de las primeras medidas de la "República de Texas" fue legalizar la esclavitud. En 1845 se hizo parte de Estados Unidos como estado esclavista y poco tiempo después se integró a la Confederación de los estados del Sur durante la guerra de Secesión.
En 1718, los colonos españoles establecieron un fuerte y una misión católica en lo que hoy es San Antonio y lo llamaron el Álamo. Era parte de un plan para "civilizar a los indios y apoderarse del nuevo mundo".
Pero los españoles no pudieron ante la feroz resistencia de los amerindios, especialmente de los comanches, y de los 25 cuarteles que establecieron en Texas en el siglo 18 solo pudieron defender tres; uno de ellos fue el Álamo.
La invasión ilegal de Texas por angloamericanos empezó a principios del siglo 19. Los esclavistas de los estados del Sur de Estados Unidos querían más terrenos y codiciaban el norte de México (ahora el suroeste de Estados Unidos). Los capitalistas del Norte también codiciaban esa región para extender el comercio al oeste y apoderarse de los recursos minerales.
Ante la amenaza estadounidense, España trató de controlar la inmigración angloamericana. Cuando México se independizó de España en 1821, el nuevo gobierno siguió permitiendo que los angloamericanos se asentaran en Texas. Les ofrecían terrenos con tal de que se volvieran ciudadanos mexicanos y católicos. En 1835 Texas tenía una población de 35,000 habitantes; había un tejano (mexicano nacido en Texas) por cada seis angloamericanos.
Cuando el gobierno mexicano abolió la esclavitud, los esclavistas del Sur y sus aliados lanzaron una guerra reaccionaria para apoderarse de Texas. Prometieron terrenos a los mercenarios que ayudaran en la conquista.
Esas fuerzas se apoderaron del Álamo.
El 6 de marzo de 1836, el ejército mexicano, con el general (y presidente) Antonio López de Santa Anna a la cabeza, reconquistó el Álamo en una batalla que dejó muertos a todos los 182 defensores. Todos, menos nueve, eran invasores angloamericanos. Unos, como el mercenario Davy Crockett (especulador de tierras) acababa de llegar a Texas. Jim Bowie (otro "héroe" del Álamo) era esclavista y traficante de esclavos. El comandante de los angloamericanos era el coronel Travis, un mercenario.
Seis semanas después las fuerzas angloamericanas sorprendieron al ejército mexicano en la batalla de San Jacinto. En esa batalla gritaban "¡Recuerden el Álamo!" para justificar una sangrienta revancha y masacre. Al general Santa Anna lo tomaron preso y, a cambio de perdonarle la vida, lo obligaron a firmar un tratado que reconocía la independencia de Texas.
Una de las primeras medidas de la "República de Texas" fue legalizar la esclavitud. En 1845 se hizo parte de Estados Unidos como estado esclavista y poco tiempo después se integró a la Confederación de los estados del Sur durante la guerra de Secesión.
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