miércoles, 13 de agosto de 2008

MAQUIS EN LAS VILLUERCAS


Los Montes de Toledo al concluir la Guerra Civil (1936 1939), se convierten en un gran de refugio donde llegan milicianos de los frentes del Tajo, Extremadura y la Mancha, sirviendo de puente para huir unos a Portugal o simplemente de refugio ocasional para unos y permanente para otros. A estos primeros refugiados se les denomina “huidos”. Fueron algunos de ideología marxista, politizados que pronto se alzaron con la jefatura de algunas partidas. Otros fueron gentes con graves delitos cometidos al principio de la guerra relacionados con los “paseos”, fusilamientos indiscriminados por razones de ideología o religión, destrucción del patrimonio artístico, de la propiedad, etc…; también se cuenta entre los huidos restos del ejército republicano que no pudieron ponerse a salvo tras las fronteras. Al poco tiempo estos últimos se fueron entregando seguidos de algunos militares profesionales, quedando en la sierra grupos de marginados que se afianzaron en las zonas que les eran familiares y donde mejor podían subsistir. A partir de 1944 se arroparon con un barniz de guerrilla o resistencia con la esperanza de que la situación internacional apoyaría la “invasión comunista del Pirineo” en cuyo teórico avance contaría con el apoyo táctico de las agrupaciones guerrilleros organizadas por el partido comunista, el “maquis”, como también se les conoció. Trata de organizarse en los Montes de Toledo con el llamado Ejército Guerrillero del Centro.
En 1945 quedaron organizadas dos agrupaciones de guerrilleros en Castilla la Nueva y Extremadura; la primera conocida como agrupación de Extremadura al mando del “comandante Carlos”. La segunda agrupación nominada de los Montes de Toledo y comandada por Julio fue también fraccionada en tres divisiones al mando de Labija, el Manco y el comandante Honorio, con base de operaciones en la provincia de Ciudad Real. Esta organización sobrevivió con dificultades hasta 1947, año en que desapareció por bajas, deserciones y dispersión de los últimos componentes.
Para erradicar el maquis luchó el ejército y la Guardia Civil esta última institución a través de sus esquemas ordinarios de apostaderos, batidas, vigilancia, etc… y de servicios extraordinarios, con un cuerpo especial de infiltración conocido por “contrapartida”.
En 1954 desaparecen los últimos bandoleros. La evolución de huido, guerrillero y bandolero fue rápida debido a múltiples causas, entre ellas a la poca preparación militar, la falta de organización estable, de jefes capaces, de apoyos suficientes entre la población civil, los continuos fracasos, la indisciplina y su espíritu de sobrevivir más que de combatir. Durante los doce años de la posguerra en los Montes de Toledo se vivió esta otra, solapada, bajo la tutela militar que sufrieron especialmente las zonas más agrestes y menos pobladas; como el valle de río Viejas pagando mayores costos sociales y económicos quienes vivían en y de la sierra como ganaderos, carboneros, transportistas, pequeños agricultores y comerciantes. Los cuales no eran de ningún bando de la contienda civil y ajenos muchos a cualquier ideología, se vieron atrapados entre los “maquis” y la Guardia civil, entre los que desesperadamente intentaban primero sobrevivir e intentar huir a cualquier costa, ya que su causa estaba más que perdida, y los que mediante la represión, utilizando cualquier medio intentaban capturar a los últimos reductos republicanos ahora convertidos en simples bandoleros.
Para los habitantes del valle del Viejas cualquier comportamiento o conducta sospechosa, podía conllevar graves represalias, por parte de la Guardia Civil, entre otras cosas la requisó cualquier arma de fuego a los vecinos de Navezuelas, impidiendo que éstos pudieran cazar, el poseer un arma podría interpretarse como que eras un colaboracionista con los”Maquis” y por el otro lado, en las numerosas visitas nocturnas,de éstos, a las majadas, para robar alimentos, ganado o cualquier cosa que les fuera útil en la sierra, el ofrecer resistencia ponía en peligros sus vidas, por lo que los lugareños eran vilmente atemorizados , asaltados e incluso secuestrados, haciendo que la vida si era ya lo bastante dura por la escasez de lo más básico lo fuera aún más. Los habitantes del Viejas muchos de ellos cabreros hacían pequeños zulos en los corrales o en el monte para ocultar los poco alimentos que disponían para alimentar a sus familias.
Algunos “Maquis" de las Villuercas eran Joaquín Cintas alias Chaqueta Larga natural de Fuenlabrada de los Montes, provincia de Badajoz, agrupo numerosos huidos afines a su ideología comunista, organizando una agrupación guerrillera disciplinada que recorrió Extremadura, la provincia de Toledo y el norte de Andalucía. Se evadió a Francia en 1948.
El Más famoso "El Ino" (FOTO) que cuando murió tenía 33 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Era natural de Tormes (Burgos). Miembro del Partido Comunista de España (PCE), fue guardia de asalto republicano y sirvió a la República entre 1936 y 1939 combatiendo en el frente de Madrid como comisario delegado de Compañía del Ejército de Tierra.Tras la Guerra Civil, agrega, se alistó en la guerrilla antifranquista y sirvió como enlace y delegado político del guerrillero Carlos en la Agrupación Guerrillera de Cáceres.En la montaña cacereña formó parte de la división 13, comandada por Joaquín Ventas Cintas "Chaqueta Larga". Su mujer, encarcelada posteriormente por sospechas de colaboración con los maquis, nunca recibió noticias del paradero de los restos de su marido, cuyo fallecimiento aún no está anotado en el Registro Civil de Cáceres.Lugar de desaparición: en la majada de “la Artijuela”, si consultas los carteles indicativos del pueblo al que pertenece;o “la Hortiguela” si consultas la documentación de la Guardia Civil. Su muerte aparece reseñada en el “Libro de Muertos” de la Iglesia de Roturas de Cabañas, pueblo al que pertenece dicha majada; a su vez, Roturas de Cabañas , pueblo situado en un hermoso paraje entre dos montañas, aparece incluido en el término de Cabañas del Rey que pertenece a la provincia de Cáceres. También se atestigua la muerte en un documento de la Comandancia de la Guardia Civil, fechado y firmado el 16 de mayo de 1963 por el Teniente Coronel Primer Jefe de Cáceres en el que alude a la muerte del “bandolero” en enfrentamiento armado con fuerzas del propio cuerpo.
“El Ino” fue velado el 13 de noviembre en el edificio conocido por “las escuelas” por dos vecinos de la localidad; uno de ellos era Juan Suárez, abuelo de la actual administrativa del actual Ayuntamiento-instalado en el mismo edificio, Cristina. Fue enterrado el 14 de noviembre mediante un “entierro de pobre” como aparece citado en el “Libro de muertos” parroquial justo a la entrada del cementerio viejo de Roturas, para que todo el mundo pudiese “pisar la tumba del rojo” al pasar al cementerio como han confirmado los hospitalarios vecinos del pueblecito.
A día de hoy, el fallecimiento de Victorino Pereda Ortega no está anotado en el registro civil de Cáceres.
A Encarnación nunca le dijeron donde se produjo la muerte de su marido y donde estaba enterrado. Encarnación murió sin saber donde yacía el padre de sus dos primeros hijos. Su hija, Beatriz, y su nieto, no lo han sabido hasta el año 2007.
Responsables de la desaparición: Miembros del cuerpo represivo franquista de la Guardia Civil. “El Ino” murió en combate contra la Guardia Civil y somatenistas reclutados para tal fin posiblemente la noche del 12 de noviembre de 1945. El episodio está reseñado en los tres libros citados anteriormente: páginas 379-381 (Moreno Gómez: 2001), 129-130 (Chávez Palacios: 1996), página 230 (Díaz Díaz: 2001).
Vicenta Martín, que vive actualmente en Aldeacentenera, por aquel entonces solo una niña huérfana vecina del pueblo (su padre Zoilo Martín Robledo, militante socialista, fue “paseado” por falangistas en 1936 y enterrado en el monte), conocía a “El Ino” de alguna de las incursiones de los guerrilleros en el pueblo en busca de pertrechos pudo ver el cadáver sobre unos palos cuando lo bajaron de la majada por medio de un burro. En otra ocasión vio su foto en un cuaderno de la Guardia Civil de Cáceres, cogida la cabeza barbuda por los pelos para que se le viese la cara..
Hechos de la desaparición: Gracias a una delación de José Ballesteros González “El Carretero”, desertor o infiltrado, sorprendieron en una emboscada a dos guerrilleros que se dirigieron a la majada de la “Artijuela” a pertrecharse de víveres. Los dos guerrilleros eran “El Ino” y “El Mexicano” (Alejandro Barroso Escudero). Era una noche oscura, lluviosa, tormentosa y una espesa neblina cubría la majada. En los informes de la Guardia Civil se habla de intento de secuestro, la gente del pueblo habla de recogida de alimentos; así como el superviviente de la emboscada, “Mexicano”, con el cual hablé por conferencia telefónica con Francia; ya que conocían a “los del monte” de haber bajado en más ocasiones a por alimentos. De todos modos que dos guerrilleros intenten secuestrar a un matrimonio de edad avanzada en plena tormenta no es muy creíble. Y en el cuerpo de “El Ino” se hallaron más de 2.500 pesetas, con lo que el móvil del secuestro se desvanece. Julio García, actual alcalde de Roturas, por el PSOE, cuyos abuelos eran el matrimonio anteriormente reseñado sostiene también la versión de la recogida de los alimentos. Regresando a la luctuosa noche, cuando llegaron los guerrilleros los emboscados ya los esperaban y se produjo un tiroteo que se saldó con “El Ino” muerto, un guardia civil, Román García Sánchez, gravemente herido que moriría esa misma noche en Deleitosa, “Mexicano” huido de manera casi sobrenatural y varias cabras y cerdos fallecidos por los disparos de la Benemérita.
He investigado sobre los hechos de esa noche: a través de los libros anteriormente reseñados, de la documentación encontrada (documentos de la Guardia Civil sobre la muerte de “El Ino”, registro del “Libro de muertos” parroquial del pueblo, expediente personal del Guardia Civil Román García Sánchez, donde aparece reseñada la acción que llevó a su muerte) y los testimonios orales de testigos directos (“Mexicano”) e indirectos (Satur o Saturio, Eulalio Barroso Escudero “ Carrete”); además de otras aportaciones documentales orales de vecinos y familiares de Roturas (Julio García, Cristina Suárez, Vicenta Martín, etc.
Existen dos versiones de los hechos, las cuales no difieren en lo fundamental, que voy a pasar a relatar. La primera versión es secundada por la totalidad de los vecinos de Roturas y dice así:
Hacia las 10 de la noche, bajo una copiosa lluvia y envueltos en una niebla baja y espesa los dos guerrilleros se aproximaron a la casa de la majada, la cual se encuentra en la cara oculta de la montaña. “El Mexicano” entró en la casa, “El Ino” permaneció en la puerta como centinela y un pequeño grupo guerrilleros se quedaron esperando en un molino cercano. La Guardia Civil junto con los somatenistas tenía la casa rodeada y andaban escondidos en la casa, en el cortijo, el establo y rodeaban el lugar. Un Guardia Civil abrió fuego con una ráfaga contra “El Ino” sin previo aviso y todos los guardias civiles y somatenistas empezaron a disparar entre ellos. “El Ino” cayó muerto sin enterarse de nada, “Mexicano”, salió de la casa de un salto, sobre el cuerpo de “El Ino” y huyó mientras los guardias se mataban entre ellos. Uno cayó mortalmente herido por fuego de un compañero. La versión de los vecinos de Roturas del tiroteo emana de lo que les contó el tío Matías, que estuvo presente esa noche como apoyo a los guardias civiles. Dicha versión es coincidente en muchos puntos entre las distintas voces. Aún vivía el guardia cuando Saturio, un vecino, subió a la majada como del médico, que olvidó el maletín del miedo que tenía. Allí vio el cadáver de “El Ino” y al guardia quejarse y maldecir a un compañero suyo al que acusaba de los disparos que había recibido. A “ El Ino” lo bajaron de la finca, en la montaña, al pueblo entre dos bestias y dos haces de leña: Mientras que al moribundo guardia en una escalera. Fue velado en Retamosa. “ El Ino” fue llevado a las “Escuelas” en Roturas, donde el ama del cura pidió prenderle fuego, el capitán de la Guardia Civil se negó a ello aduciendo que si algo debía ya lo había pagado y el cura decidió darle sepultura por que quizás era creyente. Le estuvieron velando toda la noche, de su espalda, cosido en la chaqueta, encontraron 2.500 Pts por indicación del otro confidente “Lobo” que alertó a los guardias que Ino guardaba la documentación en la espalda.
La segunda versión, de “Mexicano” aporta nuevos datos: Fueron cinco guerrilleros a la finca, tres se quedaron en las inmediaciones y “ El Ino” y el propio “Mexicano” se acercaron a la casa; “Mexicano” entró en ella mientras que “El Ino” se permaneció como centinela. La casa estaba a oscuras y “Mexicano” habló con el matrimonio; les preguntó por qué estaban todas las luces apagadas y le respondieron que se iban a acostar. Entonces encendió un fósforo, vio a un guardia civil en la habitación y comenzaron los disparos. “Ino”, apostado en la puerta disparó contra el guardia civil que iba abrir fuego sobre “Mexicano”; ambos se dispararon a quemarropa. “Mexicano” logró saltar sobre “Ino”, ya caído, y a pesar de las ráfagas logró escapar. “Mexicano” sostiene que la acción de “El Ino” le salvó la vida.
Conclusiones: De esto se deduce que o bien, hubo un guardia civil muerto por fuego amigo aquella noche y otro herido por los disparos de “El Ino”. O bien que solo hubo un herido entre los guardias civiles que posteriormente murió a consecuencia de las heridas y que fue “El Ino” el que le disparó; y por la confusión reinante se pensó que fueron los propios guardias civiles. En el expediente personal del guardia civil muerto, Román García Sánchez se cita al menos dos heridas de bala. “El Ino” que llevaba un fusil solo pudo disparar una vez, según versión de “Mexicano”; su cadáver presentaba una hilera de disparos, como una diadema, alrededor del pecho, con lo que se puede concluir que murió en el acto victima de una ráfaga de metralleta. Aún se conserva la puerta de entrada a la casa de la majada en la que se pueden apreciar una hilera de orificios provocados por disparos de bala. Esto concuerda con la ráfaga que causó la muerte a “El Ino”. Por tanto, a la espera, de nuevas aportaciones, mi hipótesis es la siguiente: el guardia civil muerto, fue herido primeramente por “El Ino” y posteriormente por sus compañeros, no sabiendo qué disparó fue el mortal.
Un camarada de partido de “El Ino”, meses después del enfrentamiento visitó a Encarnación y le dijo que su marido murió combatiendo y que abatió a dos guardias civiles antes de caer muerto. Esta versión de momento no está contrastada
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