CABALLERO DE LA ORDEN DE SANTIAGO
Encomienda de Trujillo
Trujillo, no es, en sentido estricto, una encomienda santiaguista, sino que es conocido, su carácter de realengo. No obstante, la Orden dispuso en el lugar de importantes rentas al menos hasta 1195. No debemos olvidar que en este lugar, se desarrolló, una orden militar local, que se integró en la Orden de Alcántara. La Orden de Santiago igualmente detentó la posesión de algunas fortalezas del alfoz de Trujillo, como Cabañas, Solana y Mirabel.
El 21 de Abril de 1186, Alfonso VIII dona a la Orden de Santiago la décima de todas las rentas reales en Trujillo y las tercias de sus iglesias desde el Tajo hasta el Guadiana, además de la mitad de los derechos episcopales.
Esta donación se ve complementada con otra que realiza el rey en Talavera, el 9 de Febrero de 1189, por el que dona a la Orden el
diezmo del pan, el vino y el ganado de Trujillo.
Suponemos que este señorío jurisdiccional de la Orden sobre la villa realenga, se mantuvo, aunque en 1195, la Orden de Trujillo está funcionando y tiene convento en la villa.
Los intereses santiaguistas por la villa permanecen tras su pérdida, ya que en 1229, Alfonso IX, promete Trujillo y Medellin a la Orden para cuando se conquisten413. Esta política real es contradictoria ya que un mes antes el 23 de Abril y en la concesión del fuero de Cáceres, Trujillo aparece como villa, que en el futuro, estará vinculada a una junta o hermandad con Cáceres ciudad reclamada por la Orden, pero que fue propiedad real.
Lo cierto es que tras la conquista de la villa en 1233, se desarrolla
en Trujillo una comunidad de villa y tierra, donde la autoridad real es
referencia obligada, y donde suponemos, aunque desconocemos, que la Orden pudo mantener sus rentas jurisdiccionales, pero nunca una actividad de articulación socio-económica.
Vinculadas con Trujillo, debemos señalar un grupo de fortalezas donadas a la Orden antes de 1195, y que después corrieron distintas
suertes. Nos referimos a Cabañas del Castillo, Santa Cruz de la Sierra, Montfragüe, Solana, y otras -hoy desaparecidas- Zuferola y "Peña Falcon".
En 1187, Pedro Fernández da a la Orden los castillos de Montánchez, Santa Cruz, Zuferola, Cabañas, Montfragüe, Solana y "Penna Falcon". Montánchez, como es conocido fue una significativa encomienda santiaguista. Otras de estas propiedades pasaron pronto a la Orden de Trujillo, concretamente en 1195, marzo, 6, fueron donadas por Alfonso VIII al convento de Trujillo y al maestre don Gómez, el castillo de Albalat, sobre el Tajo, el castillo de Santa Cruz, Cabañas y Zuferola.
Es evidente que la Orden de Santiago pierde el control sobre estos castillos, que tras pertenecer a la Orden de Trujillo corren distintas suertes.
Cabañas se convierte en encomienda calatrava. Santa Cruz que es prometido a la Orden en 1229, aparece ese mismo año en la hermandad con el concejo de Cáceres, suponiendo su carácter de realengo, tras la conquista. Sobre Albalat, no disponemos de noticias y Zuferola, hoy un despoblado, debió estar vinculado a Cabañas.
En cuanto al resto, Solana, junto con Cabañas y Mirabel formaban un grupo de fortalezas en la frontera con Castilla, con lo que debemos suponer su vinculación con la encomienda calatrava de Cabañas.
Montfragüe fue la sede de una escisión santiaguista que dio lugar a partir de 1180 al nacimiento de la Orden cisterciense de Monte Gaudio, promovida básicamente por el conde Rodrigo Alvarez de Sarria, que habiendo sido antes caballero de Santiago y comendador de Monsantoy Abrantes, dejó el hábito para fundarla.
La invasión almohade, acabó trágicamente con ella, pasando su
bienes y este castillo a los calatravos en 1221.
FUENTES:
José Vicente Matellanes Merchán
La Orden de Santiago y la organización social de la Transierra
castellano-leonesa(ss.XII-XIV)
Cuadernos de Historia Medieval, Monografías, 1 (1999)
Trujillo, no es, en sentido estricto, una encomienda santiaguista, sino que es conocido, su carácter de realengo. No obstante, la Orden dispuso en el lugar de importantes rentas al menos hasta 1195. No debemos olvidar que en este lugar, se desarrolló, una orden militar local, que se integró en la Orden de Alcántara. La Orden de Santiago igualmente detentó la posesión de algunas fortalezas del alfoz de Trujillo, como Cabañas, Solana y Mirabel.
El 21 de Abril de 1186, Alfonso VIII dona a la Orden de Santiago la décima de todas las rentas reales en Trujillo y las tercias de sus iglesias desde el Tajo hasta el Guadiana, además de la mitad de los derechos episcopales.
Esta donación se ve complementada con otra que realiza el rey en Talavera, el 9 de Febrero de 1189, por el que dona a la Orden el
diezmo del pan, el vino y el ganado de Trujillo.
Suponemos que este señorío jurisdiccional de la Orden sobre la villa realenga, se mantuvo, aunque en 1195, la Orden de Trujillo está funcionando y tiene convento en la villa.
Los intereses santiaguistas por la villa permanecen tras su pérdida, ya que en 1229, Alfonso IX, promete Trujillo y Medellin a la Orden para cuando se conquisten413. Esta política real es contradictoria ya que un mes antes el 23 de Abril y en la concesión del fuero de Cáceres, Trujillo aparece como villa, que en el futuro, estará vinculada a una junta o hermandad con Cáceres ciudad reclamada por la Orden, pero que fue propiedad real.
Lo cierto es que tras la conquista de la villa en 1233, se desarrolla
en Trujillo una comunidad de villa y tierra, donde la autoridad real es
referencia obligada, y donde suponemos, aunque desconocemos, que la Orden pudo mantener sus rentas jurisdiccionales, pero nunca una actividad de articulación socio-económica.
Vinculadas con Trujillo, debemos señalar un grupo de fortalezas donadas a la Orden antes de 1195, y que después corrieron distintas
suertes. Nos referimos a Cabañas del Castillo, Santa Cruz de la Sierra, Montfragüe, Solana, y otras -hoy desaparecidas- Zuferola y "Peña Falcon".
En 1187, Pedro Fernández da a la Orden los castillos de Montánchez, Santa Cruz, Zuferola, Cabañas, Montfragüe, Solana y "Penna Falcon". Montánchez, como es conocido fue una significativa encomienda santiaguista. Otras de estas propiedades pasaron pronto a la Orden de Trujillo, concretamente en 1195, marzo, 6, fueron donadas por Alfonso VIII al convento de Trujillo y al maestre don Gómez, el castillo de Albalat, sobre el Tajo, el castillo de Santa Cruz, Cabañas y Zuferola.
Es evidente que la Orden de Santiago pierde el control sobre estos castillos, que tras pertenecer a la Orden de Trujillo corren distintas suertes.
Cabañas se convierte en encomienda calatrava. Santa Cruz que es prometido a la Orden en 1229, aparece ese mismo año en la hermandad con el concejo de Cáceres, suponiendo su carácter de realengo, tras la conquista. Sobre Albalat, no disponemos de noticias y Zuferola, hoy un despoblado, debió estar vinculado a Cabañas.
En cuanto al resto, Solana, junto con Cabañas y Mirabel formaban un grupo de fortalezas en la frontera con Castilla, con lo que debemos suponer su vinculación con la encomienda calatrava de Cabañas.
Montfragüe fue la sede de una escisión santiaguista que dio lugar a partir de 1180 al nacimiento de la Orden cisterciense de Monte Gaudio, promovida básicamente por el conde Rodrigo Alvarez de Sarria, que habiendo sido antes caballero de Santiago y comendador de Monsantoy Abrantes, dejó el hábito para fundarla.
La invasión almohade, acabó trágicamente con ella, pasando su
bienes y este castillo a los calatravos en 1221.
FUENTES:
José Vicente Matellanes Merchán
La Orden de Santiago y la organización social de la Transierra
castellano-leonesa(ss.XII-XIV)
Cuadernos de Historia Medieval, Monografías, 1 (1999)
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