Villuercas, Ibores y La Jara dan el primer paso formal para constituirse en geoparque, un título que distingue a paisajes especiales, y que sería el primero de la región y el quinto en España .
A día de hoy, Extremadura tiene un parque nacional que también es Reserva de la Biosfera (Monfragüe), dos parques naturales (Tajo Internacional y Cornalvo), una reserva natural (la Garganta de los Infiernos), un LIC o Lugar de Interés Científico (el volcán de El Gasco), un paisaje protegido (el monte de Valcorchero), dos zonas Ramsar, cuatro monumentos naturales, cuatro ZIR (Zonas de Interés Regional), cuatro corredores ecológicos de biodiversidad, cuatro parques periurbanos y de ocio, 35 árboles singulares, 69 Zepas (Zonas de Especial Protección de Aves) y 87 LIC (Lugares de Interés Comunitario).
La lista es larga, sí, y seguirá engordando en los próximos años. Todos esos títulos representan distintos niveles de protección de la naturaleza. Pero también hay vida más allá de estas declaraciones. También existen otras fórmulas que ensalzan la riqueza natural de la zona. Por ejemplo, los geoparques, un lema desconocido por el público en general, pero que empieza a sonar con fuerza en el sureste de la región, en la zona limítrofe con la provincia de Toledo.
En Guadalupe
Ahí están las comarcas de Las Villuercas, Los Ibores y La Jara, que ayer dieron el primer paso formal para constituirse como el primer geoparque de la comunidad autónoma. Fue en Guadalupe, el mismo día en el que la localidad inauguraba su casa de cultura, donde se encontraron representantes de varias administraciones para firmar el protocolo de constitución del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. En concreto, los impulsores de la iniciativa son el Estado (a través de la secretaría de Estado de Comercio y Turismo), la consejería de Cultura y Turismo de la Junta, la Diputación de Cáceres, la Universidad de Extremadura, la mancomunidad que agrupa a las tres comarcas, el grupo de acción local Aprodervi y la Asociación Empresarial Vibotur.
Lo que hicieron ayer los representantes de estos siete organismos fue dar carácter oficial a la solicitud para lograr ese título, que es un producto turístico amparado por la Unesco. Un geoparque se define como «un territorio que cuenta con un patrimonio geológico y una estrategia de desarrollo sostenible, que comprende un espacio territorial demarcado con lugares de particular importancia científica, paisajística, estética y educativa, y que conjuga intereses arqueológicos, históricos y culturales».
De ser reconocido como tal, el extremeño sería el quinto de España, representada en la Red Europea de este tipo de lugares por el geoparque del Maestrazgo (Teruel), el de Cabo de Gata-Níjar (Almería), el de las Subbéticas (Córdoba) y Sobrarbe (en el pirineo de Huesca). En el continente hay 34, entre ellos el portugués de Naturtejo.
Los argumentos de la opción extremeña para unirse al grupo son variados. De entrada, Villuercas, Ibores y La Jara figuran entre los entornos preferidos por los que conocen bien la región. «Si me pidieran elegir los sitios más bonitos de Extremadura, éste sería uno de ellos seguro», dijo ayer Guillermo Fernández Vara.
Pero con eso no le bastaría. A esa percepción hay que añadir los hechos. Y no faltan. Por ejemplo, la disposición de su relieve, que sigue la dirección Noreste-Suroeste en lugar de la Oeste-Este habitual en la comunidad autónoma. Las tres comarcas en sí son una sucesión de sierras paralelas, entre las que hay abundancia de formaciones geológicas, uno de los requisitos fundamentales en su aspiración. Hay fallas, cuevas, rañas, plegamientos y en la zona se han encontrado algunos de los restos fósiles más antiguos de la Península Ibérica.
Todo esto lo recoge un impecable vídeo promocional con el que ayer se estrenó el auditorio principal de la casa de cultura de Guadaupe. En un momento de esa sucesión de imágenes elocuentes, la voz en off recuerda que «las sierras de hoy eran los fondos marinos de hace quinientos millones de años». Hoy, ese regalo de la historia ayuda a tres comarcas, y por extensión a una comunidad autónoma entera, a venderse en el mundo.
La lista es larga, sí, y seguirá engordando en los próximos años. Todos esos títulos representan distintos niveles de protección de la naturaleza. Pero también hay vida más allá de estas declaraciones. También existen otras fórmulas que ensalzan la riqueza natural de la zona. Por ejemplo, los geoparques, un lema desconocido por el público en general, pero que empieza a sonar con fuerza en el sureste de la región, en la zona limítrofe con la provincia de Toledo.
En Guadalupe
Ahí están las comarcas de Las Villuercas, Los Ibores y La Jara, que ayer dieron el primer paso formal para constituirse como el primer geoparque de la comunidad autónoma. Fue en Guadalupe, el mismo día en el que la localidad inauguraba su casa de cultura, donde se encontraron representantes de varias administraciones para firmar el protocolo de constitución del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. En concreto, los impulsores de la iniciativa son el Estado (a través de la secretaría de Estado de Comercio y Turismo), la consejería de Cultura y Turismo de la Junta, la Diputación de Cáceres, la Universidad de Extremadura, la mancomunidad que agrupa a las tres comarcas, el grupo de acción local Aprodervi y la Asociación Empresarial Vibotur.
Lo que hicieron ayer los representantes de estos siete organismos fue dar carácter oficial a la solicitud para lograr ese título, que es un producto turístico amparado por la Unesco. Un geoparque se define como «un territorio que cuenta con un patrimonio geológico y una estrategia de desarrollo sostenible, que comprende un espacio territorial demarcado con lugares de particular importancia científica, paisajística, estética y educativa, y que conjuga intereses arqueológicos, históricos y culturales».
De ser reconocido como tal, el extremeño sería el quinto de España, representada en la Red Europea de este tipo de lugares por el geoparque del Maestrazgo (Teruel), el de Cabo de Gata-Níjar (Almería), el de las Subbéticas (Córdoba) y Sobrarbe (en el pirineo de Huesca). En el continente hay 34, entre ellos el portugués de Naturtejo.
Los argumentos de la opción extremeña para unirse al grupo son variados. De entrada, Villuercas, Ibores y La Jara figuran entre los entornos preferidos por los que conocen bien la región. «Si me pidieran elegir los sitios más bonitos de Extremadura, éste sería uno de ellos seguro», dijo ayer Guillermo Fernández Vara.
Pero con eso no le bastaría. A esa percepción hay que añadir los hechos. Y no faltan. Por ejemplo, la disposición de su relieve, que sigue la dirección Noreste-Suroeste en lugar de la Oeste-Este habitual en la comunidad autónoma. Las tres comarcas en sí son una sucesión de sierras paralelas, entre las que hay abundancia de formaciones geológicas, uno de los requisitos fundamentales en su aspiración. Hay fallas, cuevas, rañas, plegamientos y en la zona se han encontrado algunos de los restos fósiles más antiguos de la Península Ibérica.
Todo esto lo recoge un impecable vídeo promocional con el que ayer se estrenó el auditorio principal de la casa de cultura de Guadaupe. En un momento de esa sucesión de imágenes elocuentes, la voz en off recuerda que «las sierras de hoy eran los fondos marinos de hace quinientos millones de años». Hoy, ese regalo de la historia ayuda a tres comarcas, y por extensión a una comunidad autónoma entera, a venderse en el mundo.
PARA HACERSE UNA IDEA
Las tres comarcas
19 municipios: Aldeacentenera, Alía, Berzocana, Cabañas del Castillo, Campillo de Deleitosa, Cañamero, Carrascalejo, Castañar de Ibor, Deleitosa, Fresnedoso de Ibor, Garvín de la Jara, Guadalupe, Logrosán, Navalvillar de Ibor, Navezuelas, Peraleda de San Román, Robledollano, Valdelacasa de Tajo y Villar del Pedroso.
17.000 habitantes: Repartidos sobre un territorio de unos 2.500 kilómetros cuadrados.
Atractivos geológicos
Algunos puntos de interés: Cueva del Castañar (Castañar de Ibor), Estrecho de la Peña (Alía), anticlinal del río Almonte, pedrera del Almonte (Navezuelas), portillo y pliegue geológico del Almonte (Cabañas del Castillo), paleocauce o paleocanal (Deleitosa), espejo de falla (Robledollano), anticlinales del río Ibor, rañas de Cañamero y rañas del Castañar, desfiladeros del río Ruecas, sinclinales del Viejas, y de Santa Lucía, marmitas, minas...
Las tres comarcas
19 municipios: Aldeacentenera, Alía, Berzocana, Cabañas del Castillo, Campillo de Deleitosa, Cañamero, Carrascalejo, Castañar de Ibor, Deleitosa, Fresnedoso de Ibor, Garvín de la Jara, Guadalupe, Logrosán, Navalvillar de Ibor, Navezuelas, Peraleda de San Román, Robledollano, Valdelacasa de Tajo y Villar del Pedroso.
17.000 habitantes: Repartidos sobre un territorio de unos 2.500 kilómetros cuadrados.
Atractivos geológicos
Algunos puntos de interés: Cueva del Castañar (Castañar de Ibor), Estrecho de la Peña (Alía), anticlinal del río Almonte, pedrera del Almonte (Navezuelas), portillo y pliegue geológico del Almonte (Cabañas del Castillo), paleocauce o paleocanal (Deleitosa), espejo de falla (Robledollano), anticlinales del río Ibor, rañas de Cañamero y rañas del Castañar, desfiladeros del río Ruecas, sinclinales del Viejas, y de Santa Lucía, marmitas, minas...
ANTONIO J. ARMERO CÁCERES
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